lunes, 16 de noviembre de 2009

DIARIO DE GUERRA. Entrada 025. Ni libertad, ni Democracia, vivimos engañados. Tercera parte: Estado intruso y manipulador. Como ya he dicho en las anteriores entradas encaminadas a confirmaros que no vivimos en libertad ni en una verdadera democracia en España, paso ahora a hablar de la telaraña que diferentes partidos políticos a través de sus mandatos, bien en Comunidades o en el Gobierno de la Nación, han tejido para perpetuarse en el poder y tener a la sociedad, es decir, al pueblo español, atada, esclavizada y sin ninguna opción a poder rebelarse o tan siquiera pensar que esta siendo manipulada, engañada y mentida constantemente.

En una nación sana democráticamente hablando, el Gobierno, y en nuestro caso la payasada de las Comunidades, no debe inmiscuirse en la vida privada de los ciudadanos, y mucho menos en estamentos considerados neutrales o independientes, como puede ser la Justicia, la Sanidad o la Educación entre otros casos. En España PP, PSOE, CIU, ERC, BNGA, PNV y IU, así, a bote pronto, controlan, roban, sobornan, corrompen y manipulan todo el aparato privado de la sociedad española, intentando controlar a la masa votante mediante mentiras, manipulaciones, el control de la cultura y el ocio, la educación, la Justicia y tantas cosas, llevando décadas haciendo esto de manera tan eficiente, que a día de hoy resulta increíble que a España todavía se la siga considerando una Democracia. Mención especial se merece el PSOE, que es quien más controla la vida privada de los ciudadanos dado que es el partido que más tiempo lleva en el poder.

Un Gobierno, ya sea del Estado o de una Comunidad, no debe elegir jueces, fiscales ni abogados, y mucho menos debe dar instrucciones o manejar a su antojo la actuación de la Justicia. En España esto ocurre siempre, dando lugar a auténticos despropósitos judiciales, dando por sentado que la Justicia solo actúa contra el pueblo; las clases altas y los políticos están libres de todo mal. La Justicia española esta politizada, corrupta y ajena a los intereses y angustias del ciudadano normal.

Un Gobierno no debe dar dinero a empresas privadas, y mucho menos dinero público, ya sean estos pequeños comercios, grandes empresas o bancos con proyección internacional. El Estado es un bien público, por tanto, todo su dinero, recaudado de nuestros impuestos, solo debe gastarse para proyectos públicos. ¿No se supone que vivimos en un mundo libre donde las entidades privadas no se ven obstaculizadas por el gobierno de turno? En España se da todos los años considerables sumas de millones de euros al mercado automovilístico (el mismo que cada año va cerrando plantas de producción mandando miles de parados al INEM y llevando las fabricas a los mercados de esclavos de Asia), a los bancos (los mismos que tienen sus millones en paraísos fiscales y no reparten los beneficios obtenidos de gastar dinero público con el pueblo, impidiendo de esta manera que el dinero circule y crea riqueza) y cajas de ahorro (las mismas que terminan siendo presididas, que casualidad, por políticos y que utilizan el dinero de las cuentas para financiar sus partidos). Tampoco se deben dar ayudas a las empresas de construcción, porque son privadas, no públicas, e igual que no se da dinero a un albañil, no se debe dar dinero a una multiempresa dedicada a construir viviendas (las mismas empresas que se han marchado de España con el dinero público a construir en países como Ucrania o Panamá y volver a hacer surgir otra burbuja inmobiliaria). O las empresas son privadas, o públicas; y es bueno hacer constatar que mientras las ayudas a las empresas públicas, como puede ser Investigación para el Desarrollo, o Nuevas Tecnologías, o Universidades, han descendido, en cambio, las ayudas a empresas privadas se han visto incrementadas en un 60%, estando en crisis y con dinero público. Es decir, los partidos políticos han logrado meterse en el bolsillo a empresas que construyen casas, coches y cosas necesarias para el ciudadano; si esto no es control, que alguien me lo explique.

Un Gobierno no debe dar dinero a empresas privadas que se dedican a la cultura, como en España sucede con el cine, puesto que hacer películas es una opción privada de empresarios y productores privados, y cuanto se recauda en dichas películas se queda en manos privadas. Dar dinero a estas entidades, directores y actores solo consigue que se crea una secta afín al Gobierno, totalmente vendida, corrupta y ajena a la realidad. En España es una vergüenza que actores y directores salgan a la palestra cada dos por tres a defender lo indefendible, y lo único que han conseguido, aparte del escarnio y la vergüenza ajena, es prostituir el mundo del cine, convertirlo en una carrera política donde para llegar a la meta hay que agacharse y poner el culo bien en alto para que el Presidente de España te meta el pepino de las subvenciones y las ayudas. Además, se utiliza el poder del cine, un poder basado en la mentira y manipulación, para subvertir la opinión pública, insultar y atacar a votantes de otros partidos y dar una imagen falsa, muy alejada de la realidad de España, no ya solo como nación, sino como entidad económica.

Del mismo modo, tampoco ningún Gobierno, central o autonómico, debe dar dinero o controlar las televisiones o emisoras de radio públicas y mucho menos privadas. Una radio o televisión pública es sinónimo de derroche de dinero y control manipulador, llegando, como se ha visto en numerosas ocasiones, a meter mensajes subliminales en contra de los demás partidos políticos y en falsear u omitir información. Cuantas más altas son las ayudas y subvenciones a dichos medios de comunicación, mayores son las manipulaciones y mentiras que en ellos se cuentan. Caso nauseabundo es lo que ocurre en Cataluña y País Vasco, donde las televisiones y emisoras públicas son controladas directamente por los gobiernos de turno. ¿Se puede esperar de semejante fraude un juicio imparcial a la hora de mantener informado al pueblo? ¿Cree usted que sabe realmente lo que ocurre en España?

En España no existe libertad de empresa, puesto que el Gobierno controla más de la mitad de los periódicos y la oposición el resto. Hay que hacer notar que no deja de ser “curioso” que, para poder sacar un periódico nuevo a la venta, se deba pagar y pedir una licencia administrativa que solo el Ministerio correspondiente puede dar (esta licencia es constantemente atacada por entidades periodísticas internacionales por considerarlo un atentado directo contra la expresión de libertad). Asimismo, también no deja de ser “curioso” que los directores de los principales periódicos del país sean miembros reconocidos y confesos de partidos políticos. ¿Integridad periodista? Cada vez más, el mundo de la información y la cultura deja de ser un bien público para convertirse en patrimonios privados, cuya única función sean dos: generar beneficios económicos al precio que sea, y convertir al consumidor en un adepto descerebrado que no pueda pensar, opinar ni cotejar información, que sea un perfecto androide que llegado el momento de votar, vote a quien previamente se le ha inculcado.

Asimismo, el Estado controla directamente a los dos principales sindicatos de este país: CC.OO y UGT, ambos corruptos y vendidos al PSOE, ladrones sinvergüenzas que han abandonado la lucha del obrero para abrazar la causa del capitalismo, la prevaricación y el paseo de sobrecitos engordados con billetes de a 500 € de bolsillo a bolsillo. Así, el obrero y el pueblo se siente aún más indefenso, porque por un lado el Estado ayuda a los empresarios a desvalijar el solar patrio, y por el otro narcotiza a los sindicatos para que no levanten el puño contra la depredación que se esta efectuando. En Europa, solo los sindicatos españoles reciben dinero del Gobierno, ¿qué se puede esperar de semejantes canallas vendidos?

Por si fuera poco, el asunto de las subvenciones y ayudas, que aquí se traduce por la compra de conciencias, votos y sobornos, engorda aún más con las diferentes ONG y asociaciones supuestamente no gubernamentales, que todos los años reciben dinero público para sus supuestas tareas humanitarias. No deja de ser paradójico que estas ONG (ONG significa Organización No Gubernamental, fíjense en la repugnante hipocresía que encierran estas letras) solo salgan a la calle a manifestarse en asuntos que, “coincidencia”, son parecidos a los intereses del Estado. Se manifiestan en contra de los judíos y a favor de los palestinos, pero callan cuando los chinos ejecutan a miles de personas cada mes o Corea del Norte extermina por hambre a millones de coreanos. Las ONG, entidades culturales y asociaciones tipo lesbianas, gays, antisistemas o anti-católicas son subvencionadas directamente con dinero público, es decir, controladas por el Estado para ser utilizadas como maquinaria de propaganda y creación de votos descerebrados y alienados. Por su parte, otros grupos políticos, como PP, PNV o ERC, también subvencionan y dan ayudas económicas a diferentes asociaciones o grupos que políticamente sirven a sus fines, sin olvidar que el dinero para tal fin siempre es dinero público. Todo ello encaminado a bombardear y tener controlado en todo al pueblo, para decirle que debe pensar y a quien se debe votar. Es por eso que en España, una vez más, la compra de votos corrompe a nuestra Democracia.

El Estado o las Comunidades no pueden controlar la Educación. En España, desde que las Comunidades se hicieron con el control de la Educación, esta ha descendido a niveles tercermundistas, utilizando la Educación, Derecho Universal casi divino, en una herramienta encaminada a descerebrar a las nuevas generaciones para convertirlas en borregos sectarios que les voten para siempre. Las Comunidades no buscan educar, buscan idiotizar, y como tienen total control, control que el Estado cede gustosamente, además politizan a los alumnos, llegando a mentir e inventar la Historia de manera sangrante, como ocurre en esa farsa que se llama País Vasco y Cataluña. Es bien sabido que cuanto más educado y culto sea el pueblo, más fuerte y sano es el país. Un pueblo inteligente, culto, no se deja manipular ni engañar fácilmente y exige cambios y responsabilidades. Para poder mantenerse en el poder, los políticos, el Estado y las Comunidades a la cabeza, llevan decenas de años destrozando el sistema de Educación español, eliminando autoridad a la figura del maestro y narcotizando a los jóvenes con alcohol, drogas y el mensaje de haz lo que quieras, que es guay, que nadie te pedirá responsabilidades ni te pasará nada. Los jóvenes, que en su mayoría son monos sin inteligencia ni cultura, encantados de la vida, oigan.

Lo mismo que la Educación se utiliza como arma política y máquina destinada a descerebrar, en la Sanidad ocurre lo mismo. La Comunidades utilizan la Sanidad como arma de control político sobre la población, da igual que quien gobierne sea el PP, PSOE o alguna alimaña nacionalista fascista. La Sanidad esta controlada por partidos políticos que amenazan constantemente al votante con cerrar el grifo de la curación si no se les vota. No hay más que sentarse y analizar sus mensajes que, a voz en grito, lanzan constantemente: “Si no me votas, ganaran los otros y entonces te quedas sin Sanidad. Vótame y te prometo que te curaré cuando estés malo”. Esto es una clara amenaza al votante, y se hace constantemente en todas las Comunidades. Es por eso que la Sanidad esta controlada, politizada y se crean casos en que si en el Estado gobierna un partido político y en la Comunidad otro de la oposición, el Estado, en vez de atenerse a las necesidades de los ciudadanos, solo atiende a sus necesidades políticas y resta dinero de los presupuestos a dicha Comunidad, no vaya a ser que tengan cubiertas las necesidades sanitarias de la población y vayan a ganar las siguientes elecciones comunitarias.

Esto que ocurre con Sanidad, ocurre también en todos los aspectos administrativos y legislativos del país, que si en el Gobierno manda un partido y en la Comunidad otro diferente, unos y otros se estorben, pisen y apuñalen en rivalidades políticas sin importarles un pimiento el sufrimiento que están generando al pueblo. Todo esto desemboca en un Estado desestructurado, caótico y confuso, donde el dinero público se derrocha de manera astronómica y sin que se le ponga freno. Es más, los políticos tienden a controlar todo el aspecto privado y supuestamente libre del aparato estatal y comunitario para poder manipular, robar y estafar con impunidad, negando al ciudadano cualquier capacidad de reacción o control encaminado a poder derrocarles de sus poltronas de lujo.

España no es un país libre, no es un país democrático y los españoles no viven en libertad ni pueden expresar realmente su opinión ni parecer. Se nos controla totalmente, y por si fallara dicho control, además se nos emborracha con el pan y el circo, el fútbol y la televisión, que funciona perfectamente y cumple su cometido. España no se encamina a ser un país corrupto, atrasado y decadente, pues ya lo es. En el horizonte, no muy lejano, solo se vislumbra una salida: el total desplome del sistema español y la quiebra del Estado. Quizás, antes de que lleguemos a ese fin anunciado, podamos despertar de nuestro letargo y hacer arder a la casta parasitaria e inútil que son los políticos, destruir la telaraña que han tejido para tenernos atados y derribar las cadenas de hierro que son las Comunidades Autónomas; más, tengo que reconocerlo, no tengo fe en que el pueblo español vaya a reaccionar de esta manera. Continuará… Fin de la entrada. LOBO.